top of page

HERENCIAS

Al igual que la formación de identidades, el reconocimiento de patrimonios culturales es un proceso. En este sentido, no se debe perder de vista que, si bien dichas identidades y patrimonios se fundamentan a menudo en ideas de raíces territoriales y herencias culturales, los significados y valores asignados a los patrimonios culturales pueden cambiar en función de los contextos históricos. Asimismo, los procesos de patrimonialización y transmisiones culturales implican generalmente negociaciones políticas y juegos entre actores con intereses a veces divergentes respecto del significado de los patrimonios y de la función social de la patrimonialización.

​

​

Amandine Péquignot:

Patrimonio y participación comunitaria

​

Dante Angelo:

Procesos de etnogénesis: patrimonio e identidad como herramientas políticas

​

Patrimonio y participación comunitaria

 

Amandine Péquignot

UMR 208 Paloc (IRD/MNHN)

apeq@mnhn.fr

Péquignot

Para captar los arranques de un nuevo turismo llamado « cultural », las comunidades indígenas son a menudo espectadoras de una sobrepuja competitiva, y de intereses divergentes, de ofertas de proyectos de patrimonialización: ruta turística, lugar de memoria, área geográfica protegida, entre otros. Generalmente estos proyectos son decretados a altos niveles institucionales (gobiernos nacionales, organizaciones internacionales) para su imposición al nivel local (comunidades), según una dinámica top-down. Pero, el proceso de poner en patrimonio debería involucrar, desde el principio, a los actores locales, para una construcción patrimonial fundamentada por expectativas locales, la  cual llegara a un reconocimiento “oficial”, o no, pero según un proceso bottom-up.

​

Para que las comunidades locales sean el motor y los actores centrales de los mecanismos de patrimonialización, es necesario -como lo hace la UMR Paloc en sus diferentes proyectos- de establecer y desarrollar herramientas participativas para la identificación, documentación, conservación y divulgación del patrimonio: cartografía participativa del patrimonio material y del territorio asociado, inventarios de los saberes y saberes-haceres locales, usos de tradicionales de la biodiversidad, curadora participativa en museo/muestra o en valorización de sitios, etc. Más que una participación, el desafío es ahora de cambiar a una verdadera colaboración, es decir a un juego de actores que resulte en una asociación y se manifieste en una postura en común de los conocimientos adquiridos para construir un patrimonio consensuado.

 

 

¿Por qué los patrimonios culturales se fabrican?

​

El cambio patrimonial (bienes culturales, sitios, saberes, etc.) es posible si es legítimo y garantizado primero, y si los valores que fundamentan la motivación por conservar y transmitir son ampliamente compartidos por un grupo. El perímetro de dicho grupo es variable: entre los actores que cada uno lo determina con su propia axiología (sistema de valores y de representaciones), desde los individuos a un proceso colectivo: las comunidades locales, expertos/científicos, propietarios/depositarios, hasta políticos y militantes. El patrimonio es, en consecuencia, una construcción social, producto de un proceso dinámico y cambiante a lo largo del tiempo. Los cambios de valores y significados de los objetos patrimoniales se relacionan con cambios de criterios e intereses por parte de los actores según cambios generacionales o, contextualmente, de sistema (político, económico, territorial, social, etc.) a otro.

​

En ciertos casos, el equilibrio entre los actores se rompe con la consecuencia que la construcción colectiva del patrimonio se mueve en la “invención” o “fabricación” de un patrimonio: transformar, producir, elaborar o adaptar el proceso para que el patrimonio -producto final- corresponda a los nuevos criterios o expectativas de un corpúsculo o de una parte de la sociedad. Todas estas construcciones patrimoniales tienen en común de implicar una escenificación que orquesta o instrumentaliza una serie de actores, instituciones, comunidades locales, incluso los mismos investigadores.

 

​

Procesos de etnogénesis: patrimonio e identidad como herramientas políticas

​

Dante Angelo

Universidad de Tarapaca

dangeloz@gmail.com

Angelo

¿Por qué una identidad étnica es un producto cultural y no una esencia?

 

El concepto identidad se puso de moda en las últimas décadas. Sin embargo, pensar en identidad (etnica, social, cultural u otra, y aquí podemos poner cualquier adjetivo que queramos) no puede darse sin considerar el contexto histórico en el cual la misma es situada. La cultura, al igual que otros aspectos de nuestro desarrollo social, es un tema de subsistencia y presencia en el mundo, y como tal está sujeta a cambios y transformaciones; en otras palabras, está sujeta a procesos históricos. Además, si concebimos que la historia no es algo estático sino el producto mismo de estas transformaciones (muchas de ellas aún inacabadas), tendríamos que aceptar que no existe una identidad inmanente o incambiable.

​

En ese sentido, pensar la identidad cultural como una esencia fundada en una historia (un pasado) no solamente nos niega la posibilidad de entender estos procesos, sino también pone en peligro el reconocimiento de la diversidad de sus componentes y dinámicas que éstos implican. Por esto, el tratamiento de la identidad cultural y su patrimonio no pueden ser enmarcados en una “esencia”, de autenticidad o de otro tipo; necesitamos entender la identidad cultural como un producto de estos procesos históricos, siempre cambiantes (y a veces violentos), los cuales deben ser reconocidos (y contrarrestados) si queremos que la identidad cultural sea una herramienta de emancipación social.

bottom of page